Eduardo Biedma, presidente de la cooperativa de productos lácteos “Castelmar” reafirmó que la economía social y el cooperativismos son el camino para el desarrollo de las economías regionales en la previa a la 2° Expo Láctea, que en esta oportunidad tendrá lugar en el partido bonaerense de Castelli.
La muestra, que se realiza el viernes 14 de noviembre reunirá, a cooperativas, productores y autoridades provinciales en una jornada de intercambio, capacitación y reconocimiento al trabajo asociativo. “Como la primera en Maipú, que fue un éxito porque representó la unión de los tamberos de la zona ; esperamos que la edición 2025 sea un eslabón más en el desarrollo cooperativista”, aseguró Biedma por el aire de la radio pública.
En contacto con “Naplam”, el representante de los tamberos castellenses aseguró que la puesta en marcha de la cooperativa “y "la búsqueda de encuentro con el otro no sólo significó el desarrollo propio de las familias sino también la solidaridad y la integración a la comunidad” porque “la comunidad de Castelli apoyó esta iniciativa como propia”.
Por eso, con 72 años de historia “nunca mostramos a Castelmar como una industria cooperativa, sino como una iniciativa de la comunidad de Castelli”, subrayó y destacó que pese al creciente proceso de concentración en la economía y puntualmente en la producción láctea, Castelmar continúa gracias a “la fuerza del cooperativismo, el asociativismo, el apoyo municipal, y el respaldo de los banco Provincia y Nación”.
Seguido agregó que esta economía solidaria “significó también el desarrollo de los tambos que ha sido mayor a la media de la región” porque la comunidad pasó “de tener emprendimientos primarios a ser líderes en tecnificación, con el apoyo de la comunidad y del INTA de Dolores”.
“Castelmar” está integrada por 100 pequeños tamberos del partido de Castelli y hace 72 años que se dedica a la elaboración y comercialización de productos lácteos generando valor agregado a sus productos de origen.
Biedma contó que la cooperativa “nació en 1953 cuando la explotación del tambo se hacía a mano” y por eso “eran pequeños emprendimientos familiares”. Seguido recordó que por entonces, “en la zona del sudeste bonaerense había 100 tambo con 100 familias que ordeñaban sus vacas y un solo comprador” y esa situación no ubicaba al “tambero en la mejor posición” para negociar el precio y “el comprador pagaba poco”.
Por lo tanto, “sostener el tambo familiar era cada vez más difícil” pero “a través del gobierno municipal se juntaron los tamberos para ser 100 (y no 1) respecto del comprador” y “lo segundo que pasó fue encontrarse”, rememoró y siguió “luego, se compró un terreno, con una fábrica para juntar toda la leche y poder ofrecerla toda junta con una fuerza mucho mayor”.
Y ahí “se construyó una primera fábrica, para juntar la leche y se enviaba cruda a Mar del Plata; después vinieron los quesos. Y ahora estamos entregando productos terminados. Hace más de 70 años que “Castelamar” está agregándole valor a la producción láctea primaria en origen” y “el mismo que ordeñaba pasó a ser un directivo de la cooperativa”, cerró.