En diálogo con Narraciones Extraordinarias, la autora de Bestias perfectas. El caso Lucio manifestó: “El tema del prólogo fue un poco cercano a la salida del libro hace unos meses, que las editoras ya estaban dudando si el libro tenía que salir o no. Ahora ya estamos todas más tranquilas, pero bueno genera una dificultad incluso editorial publicar un libro con estas características porque puede salir mal. Justo Milei había dicho en la conferencia de Davos que los homosexuales somos pedófilos y yo estaba por sacar este libro, que se había usado mucho el caso en contra de la comunidad, entonces también había que poner un poco de contexto. La verdad que es difícil escribir el libro y también tomar la decisión de publicarlo en un contexto en el que pareciera que los derechos ya adquiridos los tenemos que volver a defender”.
Asimismo, al respecto del caso tratado en su libro, precisó: “Fue uno de los ejes para decir '¿Dónde está el Ministerio de la Mujer?'. Me parece que son cuestiones que de todas maneras también nos tenemos que preguntar y que yo también intenté preguntármelas en el libro: ¿Dónde estábamos las feministas? ¿Qué competencia tenemos con respecto al caso? ¿Qué competencia tiene la sociedad al respecto del cuidado de las infancias?”. Mientras que añadió: “Trato como feminista de revisar todas esas certezas que tuve hace diez años y ahora tengo otras, y las seguiré revisando. Entonces por ahí en el libro postulo algunas cosas de las que hoy estoy más o menos segura, que después veré si sigo pensando lo mismo”.
“De todas maneras intento plantear algunas cuestiones y algunas problemáticas. Certezas son las estadísticas del abuso sexual infantil y del infanticidio, esas estadísticas son espeluznantes y van en alza lamentablemente. Entonces me parece que como estamos enfocando el cuidado hacía las infancias no pareciera ser el modo correcto. Es llamativo que el mismo sector que dice 'Con mis hijos no te metas' también está tan exacerbado, es como que hubiera una contradicción en si misma cuando políticas como la ESI ayudan a que los niños denuncien ciertos maltratos en los que muchas veces están perpetuadas sus vidas”, indicó Mariana Komiseroff.
Por otra parte, reflexionó: “Hay una cuestión que es que el castigo tiene que ser privado. Esto de que el cuidado de los niños y cómo se trata a los niños pareciera que es una cuestión individual, que no es social. Ahora estamos en un momento en el que si nos cruzamos con un chabón pegándole a una mina en la calle, más o menos todos vamos a saltar; pero no pasa nada si una madre le pega a su hijo en la calle, no nos atrevemos a incomodarnos con esa situación. Eso también quiero trabajar en el libro y quiero que nos atrevamos a pensar las mujeres la cosificación extrema que hay con las infancias, y como para nosotras las madres nuestros hijos son una posesión. La maternidad sigue siendo un tabú, ojalá el libro sirva para conversar, debatir y ponernos en cuestión”.