En diálogo con el programa Dos Dinosaurios Vivos por Radio Provincia AM1270, el escritor señaló: “Es absolutamente imposible escribir una novela con un protagónico que no tenga ecos y cosas de alter ego, pero la creación es una creación de un personaje, es una construcción artística. Uno inventa una individualidad completa, ahora evidentemente esa individualidad conoce los climas, conoce el mundo y conoce los personajes, en este caso he estado décadas en el periodismo argentino así que obviamente tiene ecos de un mundo que yo viví. Pero artísticamente tomé el camino de la exageración”.
Asimismo, Vicente Muleiro destacó que “en la literatura siempre hay alguna venganza y sin duda hay algo de cobrarse algunas cuentas en este libro”. Mientras que, al respecto de la calificación de periodista arrepentido que aparece en Fuentes reservadas, manifestó: “Habla de un tremendo desencanto que pasó por su cuerpo. Contra lo que peleo, porque me preguntan mucho esas cosas, es con que la descalificación que hay del oficio sea una descalificación al oficio; es una descalificación a cómo está el oficio, no al noble oficio que cultivamos”.
“En las últimas épocas el periodismo ha sido un lugar de escritores. Hoy hay un comercio muy fuerte”, precisó. “Me cansan las malas prácticas y las sufro no solo como ciudadano, sino también como periodista porque son tremendas, desembozadas y no tienen ninguna relación con la verdad. Se juega hoy en esto de la posverdad una especie de situación que consiste en imponer una verdad como si impusieras una discusión de café y ya está, después si es cierto o no, no importa. Eso quedó flotando y eso tiene efectos. Lo hemos visto con el caso Nisman por ejemplo, se impone un relato y tiene consecuencias severas sobre la realidad”.