Al comienzo de la entrevista, Oche Califa, autor de El mundo por delante. Mis aventuras por América con el Che, señaló: “Fue un proyecto de la editorial. Yo tenía en ese momento un libro y luego salió otro, en el medio me llama la editora y me dice que iniciaba una colección pensando en un público joven, que tiene publicada desde hace unos años las memorias de Calica pero que quiere hacer un libro que lo lean los jóvenes. Ahí me preguntó si me interesaba y le dije que sí por supuesto, yo no conocía a Calica pero si a su figura”.
Asimismo, continuó: “De entrada le dije que si era un libro para un lector joven, no tenía que ser un libro de política aunque inevitablemente desemboque en la política. Es un libro sobre la amistad y la aventura, esos son los dos tópicos que rigen el relato”. A lo que añadió: “Estuvimos doce sentadas en el café de poco más de una hora cada una. Yo lo grababa, lo desgrababa y le mostraba. Traté de que el relato fuese cronológico para que no se desordenara”.
“El Che va a vivir a Alta Gracia por consejo de un médico y va a ser atendido por el padre de Calica, que es el especialista más grande que tenían en ese momento en el tema pulmonar. Ahí coinciden porque Calica tiene casi la misma edad, a partir de los cuatro años comparten la vida. Eso sigue y sigue, entonces yo intenté que la historia arrancara por la infancia”, detalló en la conversación con el programa Narraciones Extraordinarias por Radio Provincia AM1270.
Por otra parte, el periodista argentino reflexionó: “No podemos permitir que las nuevas generaciones queden ancladas de manera repetitiva en los gustos que fueron nuestros. Lo que es importante y bueno, se mantendrá. Uno de mis nietos está fascinado con una de las canciones de María Elena Walsh, así como hay gente que todavía escucha a Gardel, pero no podemos pedirle a la gente que conozca todas las canciones que grabó Gardel”.
En tanto que manifestó: “A mí me gusta escribir, he desarrollado una cabeza que hace que yo vaya pensando en la edición cuando escribo. Nunca escribo muy al voleo, yo medio que voy direccionando que lo que escribo va tomando la forma. Voy pensando en el libro porque como bien se dice los libros no los hacen los escritores, sino los editores. Pero en mi caso me actúa de las dos maneras”.