Al comienzo de la entrevista, Ulises Bosia, autor del libro El Plan Inca. El audaz proyecto de Belgrano en tiempos de la independencia, manifestó: “Si uno se pone a pensar, Manuel Belgrano va al Congreso de Tucumán, lo citan en su regreso de Europa sin ser diputado, a hacer un informe a una sesión secreta. Esto sucede tres días antes de la declaración de la independencia, era un momento importante. En ese momento relevante él aprovecha, entre otras cosas, para hacer este planteo del Plan Inca. Ahí hay algo raro, porque si uno piensa que en ese momento específico que tenía y en un contexto que no era nada sencillo lo plantea, bueno seguramente no era una curiosidad que se le ocurrió en el momento sino que tendría algún sentido. De ese tratar entender el sentido surge el libro”.
Asimismo, expresó: “¿Cómo es que hubiera podido existir una monarquía y por qué? Ahí hay un diagnostico que hace Belgrano de la época: habían vuelto las monarquías absolutistas en Europa, había sido derrotado Napoleón, había vuelto Fernando VII al trono de España y además había optado por un camino absolutista. Había vuelto el absolutismo decidido a reconquistar sus territorios americanos. En ese contexto, Belgrano dice que si hacemos una república no nos va a reconocer ninguna de las potencias europeas. Entonces plantea que nos conviene una monarquía constitucional y recibe bastante aceptación, prácticamente todos los diputados estaban de acuerdo porque lo veían también como una manera de evitar lo que ellos llamaban la anarquía, que era la disgregación política, el hecho de que las diferentes ciudades, provincias y regiones se autonomizaran”.
Por otra parte, en diálogo con el programa Historia Nocturna, el profesor de Filosofía y magíster en Historia Económica (UBA) señaló: “Belgrano había ido a Europa en misión diplomática a buscar algún noble europeo a quien coronar en el Río de la Plata, pero eso había fracasado. Entonces ahí plantea buscar un descendiente de los incas. Uno de los argumentos que da es que era justo. ¿Por qué? Porque hay una idea de que el dominio del rey español en América era ilegítimo, motivo por el cual daba motivo a independizarse, producto de que había sido resultado de una usurpación violenta de los gobernantes legítimos que eran los incas”.
“El segundo argumento es que estábamos en una guerra, retrocediendo en un contexto de 1816 donde la contrarevolución había ganado mucho terreno, y el gran problema del Río de la Plata es que nunca había logrado avanzar militarmente por el Alto Perú. Nunca habían conseguido que las mayorías indígenas se sumen a la revolución. Entonces Belgrano dice que al proponer un monarca inca, ahora sí vamos a despertar el entusiasmo de las mayorías y se van a sumar a la revolución. Más que una cosa loca y descabellada, hay un argumento estratégico de lograr por la vía política lo que no se logró por la vía de las armas. Por eso es apoyado por San Martín y Güemes”, continuó. “El tercer argumento es que si hacíamos eso, íbamos a evitar futuras revoluciones, evitar lo que pasó con Túpac Amaru”, agregó.
Ya sobre el cierre, Bosia detalló: “Primero hubo aclamación, fue todo hermoso y empezó el debate. El primero que pide la palabra es un catamarqueño que propuso que, si íbamos a poner un inca como monarca, la capital no puede estar en Buenos Aires sino que tenía que ser Cusco. Aprovechan y aparece ese cruce, que era una discusión muy importante en el Congreso de Tucumán, entre la relación de Buenos Aires y el resto de las provincias. La propuesta de Belgrano se toma como una manera también de resituar el centro del territorio político (…). Ahí los diputados que representan a Buenos Aires levantan la oreja, le mandan informes a la gente acá y trabajan para frenar esta idea. Finalmente nunca se votó y en enero de 1817 es la última vez que aparece en la prensa ese debate”.