En contacto con “Es Un Montón”, por “Radio Provincia” Antonella Marty, politóloga y analista internacional presentó su nueva obra “La nueva derecha: Qué es, qué defiende y por qué representa una amenaza para nuestras democracias”.
Al ser consultada si encuentra una línea de continuidad entre las gestiones de Javier Milei en Argentina y la Donald Trump en Estados Unidos la autora dijo que “hay distintos puntos que van conectando diferentes síntomas de sociedades que se rompen” a partir de “personalidades que van apareciendo, como en estos casos”.
Y analizó que “la identidad política de esta nueva derecha que surge es el odio” dado que “dependen de la construcción de un enemigo” porque “lo que tienen en común es que el odio alimenta al personaje, que luego termina ofreciendo venganza y una sociedad que aplaude -y vota- al que grita más fierte; para finalmente disfrazar la venganza en libertad ”. Pues “no quieren libertad sino imponer su versión de lo que creen que es correcto”, aclaró.
Además Marty recordó “las fuerzas del cielo” que menciona Milei, o el caso de Trump que crea una Agencia de Religión dentro de su administración y advirtió sobre los riesgos que implica que estas corrientes estén “completamente” atravesadas por la religión.
“Eso evoca a momentos donde la política estuvo unida a la religión, que fueron los momentos más sangrientos de la historia de la humanidad, como la inquisición o las cruzadas” señaló e insistió que “la religión debe ser algo privado” del individuo.
En ese marco explicó que unir la política con lo que es religiosos es peligroso porque “cuando la guía moral para hacer política pública terminan siendo los libros sagrados, eso hace que se sacralice la política y todo termina impactando sobre los derechos de las minorías. Y, por lo tanto entramos en un mundo donde se ponen en riesgo derechos y libertades que costaron mucho alcanzar”.
Finalmente, consideró que “lo que pasa hoy es una clara respuesta a los avances del feminismo" dado que los mayores votantes de estos modelos fueron éstos "jóvenes anti mujer, directamente”. “Y esto es importante porque detrás de estos varones incel (que son jóvenes célibes involuntarios que están enojados con las mujeres por no poder construir una relación sexoafectiva con ellas y además son misóginos), no hay una familia tradicional sino soledad y narcisismo” y sólo “quieren protagonizar una épica, quieren sentirse amados, validados. Y ahí es donde el culto al líder termina siendo la versión política de una relación tóxica”.