Al comienzo de la entrevista en Radio Provincia AM 1270, Pablo Borda, licenciado y profesor en Historia, destacó: “Primero tuve fascinación por pueblos antiguos y después eso fue decantando en diversas cuestiones. En la carrera descubrí que me interesaban otras facetas, como la dimensión más social, más política y problemática. Estudiar los procesos revolucionarios o incluso, con los años, me reencontré con la historia militar, pero no la historia militar que uno piensa, sino la historia social y cultural de la guerra”.
En ese sentido, continuó: “En nuestro propio caso de desarrollo del Estado nacional tenemos la cuestión paradigmática que es que la guerra hizo al Estado y el Estado hace la guerra. Desde su desarrollo embrionario tenemos ligación entre guerra-desarrollo del Estado nacional. Nosotros somos hijos de una revolución de independencia que llevó a una guerra”. A lo que agregó: “Nunca está de más quedarnos en el sentido originario de nuestra nación, que es el producto de una revolución. A veces hablamos de la Revolución de Mayo y suena vacío, como que hubo un gobierno y ya, y en realidad no porque fue un proceso que supuso una transformación de la distribución del poder en la sociedad”.
Por otra parte, el divulgador reflexionó: “Sobre todo desde la caída del Muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, la palabra revolución se vació de contenido. Hablamos de la revolución de las redes sociales, de lo que fuera la revolución de Milei dicen algunos, y perdimos el elemento originario que era una transformación radical de la estructura de una sociedad. Es un cambio violento y abrupto que arranca el suelo de lo que es un sistema de poder por completo, y cambia incluso el horizonte de lo que conciliamos el pueblo”.
Además, en diálogo con el programa El Último Grito, señaló: “La historia pareciera ser un objeto de anticuario, una pieza que está estática, muerta y que no nos interpela, y en realidad es una fuente enorme para, no solo entender el pasado, sino también analizar nuestra propia realidad. No es solo pensar el origen, sino que cuando vemos como funcionaron los procesos análogos o como se desenvuelven las fuerzas sociales, uno tiene otra perspectiva de los eventos del presente. Es una buena brújula la historia a veces para pensar ciertos horizontes”.
Mientras que, sobre el sobre el gobierno de Milei, afirmó que “busca referenciarse en Alberdi pero no tiene el sentido del progreso y el desarrollo que tenía Alberdi, busca ampararse en la figura de Roca pero no tiene la noción del Estado nacional fuerte de Roca, busca apelar a la figura del menemismo pero eso fue posible en un contexto en el cual el mundo era unipolar. Entonces la gran paradoja es que, en medio de esas apelaciones, en realidad a lo que más termina pareciéndose es al modelo económico de Martínez de Hoz, al que terminamos llegando con esta cuestión de una sobrevaluación artificial del peso”.
Ya sobre el cierre, Borda, quien estuvo en Rusia para los 80 años del Día de la Victoria, sostuvo: “Lo interesante es que cuatro años de ocupación alemana y en guerra, Francia teniendo el ejército más numeroso de Europa, dejó un millón de muertos; Estados Unidos dejó medio millón de muertos aproximadamente en todos los frentes de la guerra; mientras que la Unión Soviética dejó más de veinticuatro millones de muertos. Es decir, por cada muerto que puso Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética puso cincuenta. Es para pensar”.