En diálogo con “Pase lo que pase”, el autor de Breve Historia de las Islas Malvinas, comentó que al momento de la guerra tenía 11 años, y recuerda que en ese entonces “lo llamativo era que de golpe veías un montón de gente en la calle y eso en la época de la dictadura era muy raro: la última vez había visto tanta gente en la calle fue en 1978”, porque si se producía una reunión de varias personas eran detenidas inmediatamente.
Seguido, agregó que desde lo personal, “la gran novedad fue empezar a leer diarios y escuchar radio para tratar de enterarme de los sucesos; cuando terminó la guerra, fue como apagar la tele”. Agregó que las primeras entrevistas las hizo con compañeros telefónicos entendidos en el tema.
Luego dijo que “el impacto de la guerra hace que si uno escucha la palabra Malvinas, aparece la imagen de la guerra automáticamente. Pero eso es un riesgo porque puede conllevar un desconocimiento: tenemos que tener una historia más larga, más completa”, advirtió.
En ese sentido, agregó que “la de Malvinas es una historia atrapante de 5 siglos, con exploradores, gente que habitó lugares a los que uno quizás no iría a vivir, de paisajes hermosos. También la posibilidad de pensar, si vos estás reclamando por un archipiélago, significa que somos un país marítimo. Los argentinos tenemos una mentalidad muy playera, vemos al mar como sinónimo de vacaciones. Eso es porque prevalece una forma de entender el país que es la del modelo oligárquico y agro exportador, ya que si sólo pensás en las Malvinas como un pedazo de tierra que te robaron, estás perdiendo de vista que es un país marítimo”, cerró.